Conmemora ACNUR sus 25 años de presencia en Cuba
Mario Muñoz/Naciones Unidas en Cuba
La Habana.- La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Cuba conmemorará el próximo 20 de junio el aniversario 25 de su presencia en el país, así como el Día Mundial del Refugiado.
Con sede en la Asociación Cubana de Naciones Unidas (ACNU), está previsto un programa de actividades que comienza los días 18 y 19 de junio, con el Seminario de Estudios Migratorios Internacionales, coauspiciado por el Centro de Estudios de las Migraciones Internacionales (CEMI), el ACNUR y la ACNU, evento académico que estará dedicado a la ocasión.
El 20 de junio, a las 2.30 pm, se conmemorará el Día Mundial del Refugiado con el conversatorio "25 años de solidaridad: tendiendo manos"; y el 25 de junio, a la misma hora, se impartirá la conferencia "Protección de Refugiados en los flujos migratorios mixtos".
El Día Mundial del Refugiado tiene como antecedente la decisión de la Organización para la Unidad Africana (OUA) de marcar el 20 de junio como Día de los Refugiados en África, por coincidir con la entrada en vigor de la convención continental para la protección de los refugiados. En 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas asumió esa fecha para la conmemoración en expresión de solidaridad con África, continente que alberga a la mayoría de los refugiados del mundo.
El ACNUR opera en Cuba desde 1989 en colaboración con el Gobierno y otras instituciones nacionales en la atención a las necesidades de diversos grupos de población que se ajustan a su mandato. En este periodo, la organización ha atendido en Cuba a más de 11 mil refugiados de 35 países.
Al inicio de 2014, había en las 15 provincias cubanas 384 personas de ocho nacionalidades registradas como refugiados bajo el mandato del ACNUR. El 93% de los refugiados disfruta de becas gubernamentales, fundamentalmente en la educación superior. En coordinación con el Gobierno cubano, el ACNUR continúa haciendo esfuerzos para brindar a los refugiados estudiantes una modesta asistencia complementaria a dichas becas.
En colaboración con distintas instituciones gubernamentales cubanas y con la Cruz Roja, el ACNUR gestiona acciones de protección y asistencia a los refugiados de arribo espontáneo y les busca soluciones duraderas mediante el reasentamiento. Igualmente explora opciones para la integración local de varios refugiados con familias binacionales para quienes existe el marco jurídico y la voluntad política del Estado cubano para ofrecerles protección a largo plazo.
De conjunto con instituciones académicas y asociaciones profesionales cubanas, el ACNUR contribuye al estudio y difusión del Derecho Internacional de los Refugiados y de disciplinas afines a la labor humanitaria de esta agencia.
XXV AÑOS DE SOLIDARIDAD
A pesar de no tener aún presencia en el país antes de 1989, a través de la Oficina del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) los refugiados del cono sur americano que disfrutaban de asilo en Cuba recibían apoyo del ACNUR cuando decidían voluntariamente repatriarse.
Existen registros de esta asistencia desde 1984; aunque el apoyo a la repatriación voluntaria tuvo su etapa de mayor intensidad entre 1989 y 1993, continuó hasta finales de los años 1990, y benefició a unos 1,636 refugiados (y sus familiares) de 11 nacionalidades, fundamentalmente chilenos.
El inicio de la presencia del ACNUR en Cuba está vinculado al proceso de independencia de Namibia en 1989, que incluyó la repatriación voluntaria de los miles de namibios que se encontraban refugiados en distintos países, responsabilidad que la ONU asignó al ACNUR.
Esta operación benefició a 1,473 jóvenes de esa nacionalidad que estudiaban en Cuba, quienes fueron asistidos para retornar a Namibia a fin de que pudieran participar en las primeras elecciones de su país, ya independiente. Para organizar y coordinar esta operación, en 1989 el ACNUR estableció por primera vez una presencia en Cuba al contratar a una consultora local.
Otro hito importante de la colaboración del ACNUR en Cuba fue el apoyo brindado al Gobierno y la Cruz Roja Cubana entre los años 1991-1994, en la operación de los campamentos en Punta de Maisí, en la región oriental de Guantánamo, donde recibieron asistencia humanitaria miles de haitianos que huyeron de las represiones masivas resultantes del golpe militar que depuso al presidente Jean Bertrand Aristide, en septiembre de 1991.
Dadas las condiciones imperantes en Haití, el ACNUR consideró como refugiados a las personas que salieron de ese país en aquel período. Además del apoyo a los campamentos, financió las operaciones de repatriación voluntaria que beneficiaron a unos 4,500 haitianos que encontraron en Cuba protección y asistencia humanitaria entre 1991 y 1994.
En 1992, en el contexto de los acuerdos de paz en El Salvador, el ACNUR apoyó la repatriación voluntaria de miles de víctimas de la guerra que habían encontrado protección en otros países. Esta operación incluyó a 290 mutilados de guerra que recibían asistencia médica en Cuba, quienes llevaron consigo de regreso a su país el equipamiento necesario (además de los conocimientos adquiridos) para continuar fabricando prótesis ortopédicas y así ayudar a otras personas en situación similar a la de ellos.
A partir de 1994 y a solicitud del Gobierno cubano, el ACNUR comenzó a apoyar a unos 1,800 refugiados saharauis y sudaneses que tenían tal condición desde antes de arribar a Cuba para disfrutar de becas de estudios en escuelas de la Isla de la Juventud. Los primeros en llegar a ese territorio para estudiar, en 1978, fueron niños y jóvenes namibios sobrevivientes de la masacre del campamento de refugiados de Cassinga, en Angola.
Este apoyo ha consistido en asistencia material complementaria de las becas financiadas por Cuba, así como el financiamiento para el retorno voluntario a sus comunidades de origen de 1,532 saharauis, una vez graduados.
También incluyó el reasentamiento de más de 250 sudaneses, así como de decenas de estudiantes de otras nacionalidades que se convirtieron en refugiados como resultado de hechos ocurridos en sus países de origen mientras estudiaban en Cuba, y que les impedían regresar en condiciones de seguridad una vez graduados.
A partir de la instauración de facilidades migratorias para promover el turismo, desde 1996 comenzaron a llegar espontáneamente a Cuba personas que buscaban protección internacional debido a graves riesgos de seguridad en sus países de origen.
Aunque Cuba no es signataria de los tratados internacionales sobre refugiados ni cuenta con una política de integración local para estas personas, desde entonces más de 300 refugiados de arribo espontáneo (de 14 nacionalidades diferentes) han disfrutado de protección provisional en este país, con acceso a servicios de salud, educación y algunas oportunidades de capacitación, antes de encontrar soluciones duraderas en otras naciones por medio del reasentamiento.
MANDATO DEL ACNUR
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados opera desde 1951 con un mandato otorgado por la comunidad internacional, consistente en proporcionar protección a los refugiados y ayudarlos a encontrar soluciones duraderas a su situación, en cooperación con los Estados.
El ACNUR promueve y disemina los principios de la protección internacional a los refugiados y moviliza recursos de la comunidad internacional para asistirlos, sobre todo en los países en vías de desarrollo, donde se encuentra la inmensa mayoría de ellos.
Por decisión de la Asamblea General de la ONU, desde 1974 el ACNUR se ocupa también de los asuntos relativos a las personas apátridas (a quienes ningún Estado reconoce como ciudadanas). En todo el mundo, el ACNUR apoya a más de 11 millones de refugiados, a unos 3.5 millones de apátridas y a más de 20 millones de personas en otras situaciones de desplazamiento forzoso.