por Helmer Velásquez, Director ejecutivo de CONGCOOP, Guatemala.
únez: país inspirador de la Primavera Árabe. Fue el marco natural para la celebración de la Segunda Asamblea general del FIP y del Foro Social Mundial -en su edición- 2015. Nosotros hombres y mujeres provenientes de los cinco continentes, en representación de 36 plataformas nacionales, 6 redes regionales miembros del FIP así como también 9 observadores, constituimos el quórum de nuestra II Asamblea FIP 2015.
En ella ratificamos nuestro compromiso con causas como: la justicia mundial, los ámbitos alimentarios, ambientales, comerciales, de cooperación, de desarrollo y de paz mundial. Igualmente, la Asamblea ratificó que el FIP ha sido, es y debe seguir siendo un instrumento importante para la incidencia y para el desarrollo de las capacidades de la sociedad civil a nivel mundial.
Se reiteró con algunas modificaciones nuestra agenda estratégica: cuya prioridad estan un gran esfuerzo de cabildeo internacional concentrado en el proceso Post-2015, la regulación de los mercados agrícolas, la lucha contra las desigualdades, el cambio climático, el desarrollo de las capacidades y la defensa de un entorno favorable para las organizaciones de la sociedad civil. Resolvimos además, asuntos clave sobre nuestro funcionamiento, en cuanto a las formas de operar y desde dónde hacerlo. Se decidió notablemente que el FIP debe procurarse de un estatuto jurídico propio, manteniendo su sede central -cuya ubicación será definida por el Consejo del FIP-, bajo una forma de funcionamiento descentralizada que incorpore opiniones, posturas, acciones y representación de nuestra membresía. Recibimos –en esta Asamblea- con mucho beneplácito, la incorporación de socios de Asia y Centro América, que elevan nuestra representatividad y nutren nuestras ideas. Confirmamos la elección del nuevo Consejo y reorganizamos nuestros grupos de trabajo. El Secretariado del FIP obtuvo el voto de confianza y hemos comenzado una reflexión conjunta sobre nuestro papel para el cambio social y la importancia del desarrollo de las capacidades de las plataformas nacionales de ONG y de sus miembros.
Dentro de nuestra valoración política recogimos expresiones positivas sobre el proceso de consolidación del FIP, luego de una década de esfuerzos de construcción institucional y reiteramos de manera urgente la importancia de ensanchar la voz de los movimientos sociales y las ONG en el mundo, en un tiempo de particulares tensiones y amenazas a la paz mundial. Somos vehementes en demandar: paz con justicia y un mundo sin desigualdades. Nos hemos manifestado contrarios a la destrucción del planeta y por tanto, acordamos redoblar nuestros esfuerzos contra el acelerado deterioro que provoca la emisión de gases de efecto invernadero y el fin del sufrimiento que ocasiona el hambre en el mundo.
Nos hicimos presentes como Asamblea FIP en el Foro Social Mundial llevando las banderas de libertad para todos aquellos que son perseguidos, independencia, autonomía, del inalienable derecho de los pueblos del mundo sobre la administración uso y cuidado de sus bienes naturales y el legítimo derecho a la soberanía y al territorio propio. En este marco, reiteramos el mandato fundamental del FIP: justicia social sobre la base de la equidad, la no discriminación y el fin de todas las formas de agresión entre países y al interior de los mismos. Estamos comprometidos a defender una paz mundial basada en el respeto de los derechos humanos de todos los –hombres y mujeres- habitantes de este planeta.