LA SITUACIÓN NUCLEAR GLOBAL A LOS 73 AÑOS DE LOS GENOCIDIOS DE HIROSHIMA Y NAGASAKI

Prof. Dr. en Cs Carlos Pazos Beceiro

(Presidente de IPPNW-CUBA; Filial de la IPPNW: Internacional de Médicos Para la Prevención de la Guerra Nuclear – Premio Nobel de la Paz)

Los criminales ataques con armas nucleares perpetrados en 1945 en contra de Japón, por primera vez en la historia de la humanidad, lo expresó resumidamente un año más tarde, de la manera siguiente, el Comité Nacional de ese país constituído sobre esos hechos: ‘’Lo más trágico y deprimente de los genocidios de Hiroshima y Nagasaki es que fueron acciones concebidas por el ser humano y ejecutadas consciente y premeditadamente por su mano, como los hechos de guerra más aberrantes jamás realizados’’.

Las funestas consecuencias de esos terribles eventos fueron los inicios de la carrera armamentista nuclear que persiste y se agrava irracionalmente hasta nuestros días, poniendo en peligro de forma demencial la supervivencia de nuestra civilización.

Desafortunadamente, la evidente génesis de la presente crisis que padece la humanidad es sin dudas multifactorial: económica, política, social, ecológica, educacional, militar, moral y esencialmente ética. Una gran mayoría de los seres humanos concentran su pensamiento y la proyección de sus acciones fundamentalmente en el dinero y en el poder, desestimando lo que debía constituir el centro de aquellos: su sentido humanitario y su amor por el prójimo. De esta manera viven de espaldas a los descomunales peligros que realmente lo acechan, conformándose irresponsablemente con la presente realidad que vivimos cotidianamente de guerras, conflictos de toda índole, terrorismo, injusticias sociales, pobreza, ignorancia, etc., que lo hacen cómplices de la carencia de la verdad, que como dijera nuestro José Martí, no decirla es delinquir; decirla a medias es delinquir y omitirla es igualmente delinquir.

Estamos convencidos que para iniciar cualquier acción efectiva hay que comenzar por vencer nuestra ignorancia sobre el tema de que se trate. No es un secreto para nadie que conscientemente o no, la ignorancia sobre la carrera armamentista nuclear es supina en todas `partes del mundo, conformándonos con la información deformada e interesada de los poderosos que son además los que poseen las armas nucleares. Es por eso que debemos comenzar por dar información histórica y actualizada sobre lo que ella representa para la humanidad; y a partir de nuestros conocimientos de la terrible realidad que enfrentamos, crearnos una voluntad y un valor indetenibles para combatirla y para lograr llevarla hacia un futuro sostenible de paz y de bienestar. Y sobre todo para la juventud; el futuro de nuestra especie; a la que debemos enseñar, instruir y formar en principios constructivos, y desterrar en ellos el más mínimo vestigio de crueldad, de egoísmo y de desinterés en aras de los verdaderos sentimientos que deben conformar la calidad humana.

SÍNTESIS HISTÓRICA DEL ARMA NUCLEAR.-

Durante la consolidación del poder político de Hitler en Alemania durante la década de los 30 del pasado siglo, numerosos científicos alemanes abandonaron el país huyendo del nazismo, entre ellos, físicos de gran renombre como fueron Leo Szilard, Edward Teller y Eugene Wigner (los tres de origen judío), aunque otro gran grupo de eminentes científicos permanecieron en Alemania, desarrollando importantes labores en Física Nuclear, a partir del descubrimiento de Otto Hahn en la década del 30 de la fisión del átomo de uranio mediante el bombardeo neutrónico. Entre estos últimos se encontraban Heisenberg, Dibner, Mentzel, Bothe, Bagge y Esau.

Szilard, Teller y Wigner, conociendo la potencialidad de este último grupo de físicos, temían que pudiesen desarrollar por orden de Hitler el arma nuclear, y se dieron a la tarea en los EEUU de convencer al entonces presidente de ese país, Franklin Delano Roosevelt, para que se adelantara a ese grupo en la construcción del arma nuclear. Para lograrlo buscaron el extraordinario prestigio humano y científico de Albert Einstein para que se lo solicitara a Roosevelt, lo cual hizo, y este accedió a comenzarla de inmediato en 1941. Con estos fines comenzaron los primeros experimentos al respecto bajo la dirección de Philip Abelson en el Laboratorio de Investigaciones Navales de Washington, y posteriormente  se creó el Comité del Uranio con la participación del Buró Nacional de Estándares dirigido por Lyman Briggs y del Comité de Investigaciones para la Defensa Nacional bajo la dirección de Vannevar Bush, a los que se fueron incorporando los laboratorios de radiación del MIT, el metalúrgico de la Universidad de Chicago, el de radiación de la Universidad de California, el departamento de física de la Universidad de Columbia y las instalaciones de Oak Ridge, Tennessee y Hanford. El equipo científico estuvo presidido por los eminentes físicos Robert Oppenheimer, Enrico Fermi (ganador del Premio Nobel de Física), van Vieck, Teller, Serber y Frankel, y como Director general del proyecto, al que se le denominó Proyecto Manhattan (como tradicionalmente se hacía por estar en este lugar el departamento inicial del mismo), y se nombró como su Director al General Leslie Groves, Jefe del Dpto. de Ingeniería de las Fuerzas Armadas de los EEUU.

Resulta importante conocer que Einstein, por el resto de su vida trató de convencer a Roosevelt de desestimar el proyecto, convencido de las funestas  consecuencias que tendría un arma nuclear para la humanidad, pero le fue imposible contactar con él para lograrlo, lo que contribuyó a crearle por los años que le quedaron por vivir un fuerte estado de depresión que contribuyó significativamente a acortar su existencia.

Por su parte, afortunadamente,  Hitler nunca le dio calor a la idea de construir un arma nuclear por diversas razones: primero por estar convencido de que la Segunda Guerra Mundial duraría poco tiempo, envalentonado por los constantes triunfos de la Blitkrieg (Guerra Relámpago) de la Wehrmacht desde los inicios de la misma; segundo, por las promesas del Reichmarshall Goering de que con el apoyo de la Lutwaffe al ejército alemán lo anterior ocurriría sin dudas algunas; y en tercer lugar la amistad de Heisenberg con el eminente físico nuclear Niels Bohr (quien años atrás había desertado de Alemania), lo que contribuyó a la dilación de los físicos alemanes en los experimentos a nivel nacional en materia de armamentos nucleares.

La postura del General Groves al frente del Proyecto Manhattan aunque ayudó al Gobierno de los EEUU a controlar estrechamente al grupo de sus científicos, en los que no confiaba por el origen judío de muchos de ellos, y por sus criterios profesionales personales, y a pesar de creer en su mano dura y en su capacidad para manejarlos, conocía perfectamente las abismales diferencias existentes entre el desarrollo científico de aquellos físicos y el de Groves, lo que produjo en diversas ocasiones grandes dificultades. No obstante, por su carácter autoritario y capacidad de mando,  una de las primeras consecuencias de su gestión fue contribuir al primer y mayor éxito científico del Proyecto Manhattan, el 2 de diciembre de 1942, cuando Enrico Fermi inició en la Universidad de Chicago la primera reacción en cadena nuclear controlada. Seis meses antes, Oppenheimer había organizado una trascendente reunión de estudios en Berkely, Universidad de California, con la participación de numerosos eminentes analistas físicos de la talla de Bethe, van Vieck, Teller, Serber, Frankel y otros, los que concluyeron que era posible lograr una bomba de fisión mediante una masa crítica, mediante la quema de dos masas subcríticas de plutonio o de uranio 235 juntas, o por la implosión (trituración) de una esfera hueca hecha de esos materiales con una cubierta (manta) de altos explosivos. Al mismo tiempo, Vannevar Bush le solicitó a Roosevelt las conexiones necesarias para salir del impasse tecnológico en el que inicialmente se encontró el Proyecto, y éste respondió designando a las Fuerzas Armadas para trabajar con su Oficina con el fin de construir las plantas separadoras de los isótopos del uranio y productoras de plutonio para la bomba; acciones todas que resultaron trascendentales para el éxito del Proyecto.

DE YALTA A POTSDAM.-

La Conferencia de Yalta de los grandes líderes aliados: Roosevelt, Churchill y Stalin se llevó a cabo en esa ciudad del 4 al 11 de febrero de 1943. En la misma se trataron diversos temas relacionados con los planes de sus respectivos países para la continuación de la guerra, incluyendo las posibilidades del desembarco aliado de EEUU-RRUU y Francia por el oeste de Europa, pero no se trató nada con respecto al arma nuclear. Durante dos años más Roosevelt vivió y continuó desarrollándose el Proyecto Manhattan.

En abril de 1945 fallece Roosevelt y le sucede en la presidencia Harry S. Truman, con una personalidad muy por debajo de las calidades de estadista de Roosevelt, lo que incidió también en el desarrollo del Proyecto Manhattan, que hasta la fecha se había convertido en un programa de 2 mil millones de dólares (cifra descomunal para la época), y en el que participaban más de 130 mil personas.

Para ayudar a Truman en la conducción del Proyecto se creó un Comité Interino bajo la dirección de Henry L.Stimson, Secretario de Defensa de Truman, integrándolo además: James F. Byrnes, amigo y representante personal de Truman, sin posición oficial en el Comité; George L. Harrison, presidente de la New York LIfe Insurance Company, como consultante especial; Ralph A. Bard, Sub-Secretario de la Marina de Guerra de los EEUU; y los doctores Bush, Compton y Connat. Como invitados aparecían: el General George Marshall, Jefe del Estado Mayor Conjunto de los EEUU, el General Leslie Groves Director General del Proyecto Manhattan, y los físicos nucleares Robert Oppenheimer, Enrico Fermi y otros científicos.

El Comité Interino analizó diversas situaciones relacionadas con los objetivos esenciales del Proyecto Manhattan, entre ellos los siguientes: El poder destructor de la Bomba Atómica; la situación económico-militar del Japón en 1945 y las posibilidades de su rendición incondicional; el tiempo que le llevaría a la URSS elaborar una bomba nuclear; la participación de la URSS en la invasión final del Japón; la magnitud de las bajas norteamericanas en el caso de dicha invasión; y algunas consideraciones sobre las bajas que sufriría Japón durante la misma.

¿Cuál era la situación del Japón en junio del 1945?

La situación del Japón en junio de 1945 era totalmente desesperada:

• Alemania ya se había rendido en mayo de ese año.
• Manila e Iwo Jima ya habían caído.
• Okinawa sería invadida de inmediato sin posibilidades de resistencia efectiva alguna.
• La aviación y submarinos de EEUU habían cortado los suministros al Japón de sus principales abastecedores.
• Los B-29 pulverizaban los puertos y las principales ciudades japonesas.

¡ JAPÓN ESTABA DERROTADO !

No obstante las conclusiones anteriores, el COMITÉ INTERINO propuso a Truman lo siguiente:

• Utilizar la bomba atómica contra Japón lo más rápidamente posible.
• Utilizarla en contra de un blanco militar rodeado de otras edificaciones.
• Utilizarla sin previo aviso debido a la naturaleza de esa arma.

Varios miembros del Proyecto propusieron hacer una prueba en un atolón del Pacífico invitando a los japoneses a que vieran sus monstruosos efectos, con el fin de pedirles su rendición incondicional a cambio de no lanzar la bomba. Esta propuesta fue denegada por el Comité. Bard no estuvo de acuerdo con esta decisión y pidió su renuncia del Comité.

El 16 de julio de 1945 los EEUU detonaron la Primera Bomba Nuclear Experimental en Alamogordo, Nuevo México, en medio de un secreto absoluto, precisamente un día antes de la Conferencia de Potsdam, que se inició el 17 de julio de 1945. En la misma, Truman no informó a Stalin acerca de la prueba ni de sus terribles efectos, que inclusive habían conmocionado a la mayoría de los integrantes del Proyecto Manhattan que la presenciaron, convencido erróneamente que los soviéticos tardarían varios años en producir una bomba nuclear.

Además de la bomba de Alamogordo, el Proyecto Manhattan bajo las órdenes de Stimson y Marshall poseía dos bombas más para ser lanzadas en Japón sobre las siguientes ciudades: Hiroshima, Kokura, Niigata o Nagasaki, a partir del 3 de agosto. La responsabilidad de sus lanzamientos recayó en el General Arnold, comandante general de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, quien delegó en el General  Spaatz, comandante general de las Fuerzas Aéreas norteamericanas en el Pacífico, quien a su vez lo hizo en el General LeMay. El plan original estuvo listo para el 4 de agosto, pero por situaciones del mal tiempo  existentes en esos días, no se inició hasta el 6 de ese mes, cuando se lanzó la primera bomba atómica sobre la octava ciudad en importancia del Japón, Hiroshima, consumándose así el primer genocidio nuclear de la Historia. Truman ordenó el segundo lanzamiento tres días más tarde, para el 9 de agosto sobre la ciudad de Kokura, pero por dificultades climatológicas, el bombardero que debía realizarlo se desvió lanzándola sobre Nagasaki, donde se produjo el segundo genocidio nuclear.  

HIROSHIMA.-

Hiroshima poseía diversas condicione para constituir un objetivo ideal para el lanzamiento sobre ella de un artefacto nuclear: Era una ciudad con significativa relevancia militar por ser la sede de la jefatura del Segundo Ejército japonés, comandado por el Mariscal Hata, y a su vez el asentamiento de su 5ta. División de Infantería. A la vez, era un centro de comunicaciones y de almacenamiento militar, así como de concentración de tropas; y se encontraba rodeada de múltiples edificaciones, con las características apuntadas como blancos posibles por el Comité Interino. Por otra parte, desde el punto de vista psicológico se trataba de una ciudad que no había sufrido hasta ese momento daño alguno por los raids aéreos de la aviación norteamericana.

Hiroshima aparecía extendida sobre el delta del río Ota, que la dividía en seis islas en una extensión de 26 millas cuadradas. Su población constaba de unas 225 mil personas, un 75% de las cuales se concentraba en la parte central de la ciudad. La gran mayoría de sus edificaciones eran de madera, reforzadas con otros materiales más resistentes debido a la incidencia de los terremotos en el país, mientras otros centros industriales y comerciales estaban construidos sobre bases de cemento.

A las 08:15 del 6 de agosto de 1945, un bombardero B-29, con el nombre de Enola Gay, lanzó sobre Hiroshima una bomba atómica con el nombre de ‘’Little Boy’’, con un centro de uranio 235, la que hizo explosión a 600 ms de la superficie de la tierra, con una potencia de 12,500 toneladas de TNT, la que produjo de inmediato 65 mil muertos y 69 mil lesionados y quemados (52.54 % de su población), bajas que continuaron incrementándose en los días siguientes por la radiación ionizante producida, que llegaron a más de 90 mil. ¡ Se había producido el primer genocidio nuclear en la historia de la humanidad !

Inmediatamente después de la explosión, el panorama que se expuso ante los horrorizados ojos de los supervivientes (Ibakushas) de la ciudad fue dantesco. Miles de cadáveres destrozados y carbonizados, miles de heridos, lesionados y quemados en un angustioso estado de indefensión, y sin capacidad alguna para remediar tanto dolor, pues además del terreno básico de la ciudad, habían desaparecido todos sus centros y medios de asistencia médica, y diezmados e invalidados sus profesionales. Una ciudad totalmente destruida en medio de humo y cenizas por los descomunales efectos de la explosión: la onda de choque (60%); la radiación térmica (30%); la radiación ionizante (5%); y la ulterior precipitación radiactiva (5%).

NAGASAKI.-

Nagasaki se encuentra extendida sobre la cabeza de una larga bahía en la isla Kyushu, uno de los mayores puertos del Japón. En 1945 era un área comercial y residencial, con una arquitectura muy típica, sobre la base de madera y techos de losas, la gran mayoría muy endeble. Igual que Hiroshima, Nagasaki no había sido objeto de bombardeos de consideración hasta ese momento, con la excepción de su fábrica de acero y de armamentos de la Mitsubishi y del Hospital y de la Escuela de Medicina de la ciudad, los que aunque no habían recibido grandes daños, despertaron gran temor en la población, que hizo evacuar a una gran parte de ella hacia zonas rurales, principalmente a escolares, lo que provocó que en el momento de la explosión aquella había disminuido considerablemente en el centro citadino.

A las 11:05 del 9 de agosto de 1945, un bombardero B-29 de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, con el nombre de Bockscar, lanzó sobre Nagasaki una bomba atómica (Fat Man) con un centro de plutonio 239, que hizo explosión a 469 mts de la superficie de la tierra, con una potencia de 21 mil toneladas de TNT, produciendo de inmediato 39 mil muertos y 25 mil lesionados (32.8% de su población), bajas que al igual que en Hiroshima se fueron incrementando en los días siguientes en varias decenas de miles más, por los descomunales factores destructivos del artefacto nuclear, y la razón por la que las bajas de Nagasaki fueron inferiores a las de Hiroshima a pesar de que la bomba lanzada sobre aquella duplicaba la capacidad explosiva de la de Hiroshima, se debió a la ya señalada evacuación de su población y a cierta protección orográfica de esta ciudad en relación con la primera. ¡Se había producido el segundo genocidio nuclear en la historia de la humanidad!

La monstruosa situación vivida por los supervivientes de Nagasaki fue idéntica a la de Hiroshima. Inmediatamente después de la explosión todo resultó destruido dentro de media milla a partir del centro de la ciudad, incluyendo las estructuras más pesadas de la misma.

Una de las vivencias más dramáticas de Nagasaki lo constituyó la famosa fotografía realizada por el gran periodista y fotógrafo japonés Yosuke Yamahata, que recorrió el mundo haciendo llorar a millones de personas, sobre un niño sobreviviente de la explosión, en la que aparece con un puñado de arroz en una de sus manos, días después de estar sin comer, sin poder llevárselo a la boca todavía en shock ante la tragedia vivida. Yamahata que cumplió inmediatamente después del genocidio una extraordinaria labor como fotógrafo en la destruída Nagasaki, murió a los 36 años víctima de cáncer como consecuencia de un síndrome crónico por las radiaciones recibidas durante aquellos días.

Es extraordinariamente lamentable y patético saber que ninguno de los miembros de las tripulaciones que lanzaron las bombas en Hiroshima y Nagasaki se arrepintieron jamás de haber sido partícipes de las consecuencias de ambos genocidios.

En el período subsiguiente a los 45 años de ambas explosiones murieron de cáncer, 4,863 sobrevivientes de las mismas. En una conflagración nuclear global actualmente intervendrían como mínimo de 5 a 10 mil megatoneladas de TNT, las que producirían la muerte inmediata de más de mil millones de personas, sin posibilidades ulteriores de supervivencia para el resto de la población mundial, como consecuencia imposible de evitar de la contaminación radiactiva global y ulteriormente del advenimiento del invierno nuclear. En relación con la contaminación radiactiva, un 30% de la Tierra recibiría más de 500 rems que terminaría con el 50% de los seres vivos en 48 horas. La radiación ultravioleta destruiría un 50% de la capa de ozono, y finalizaría con el resto de los seres vivos sobrevivientes al oscurecimiento nuclear. El invierno nuclear consecutivo a este período produciría un descenso medio de la temperatura hasta de 50 grados centígrados, con el cese de la fotosíntesis, que causaría la muerte de toda la vegetación en el planeta, y por ende, la pérdida de la totalidad de la alimentación en el mismo. Todo esto sería un proceso similar a lo que ocasionó la extinción total de los dinosaurios.

LA ENFERMEDAD POR RADIACIÓN.-

Con los genocidios de Hiroshima y Nagasaki hizo su aparición en la humanidad un nuevo síndrome: La Enfermedad por Radiación: Aguda y Crónica, que independientemente de su extrema gravedad y efectos letales, exigió por su desconocimiento previo del aprendizaje de una doctrina de tratamiento específico, basada en conocimientos clínico-quirúrgicos y estadísticas particulares que requieren de una tecnología, equipamiento y entrenamiento superespecializados y sui-géneris.

Esta enfermedad, independientemente de los efectos letales que generan la onda de choque y la radiación térmica de las armas nucleares, la caracteriza de forma esencial la emisión de neutrones, rayos alfa, gamma y electrones que se mueven a una gran velocidad. El flujo invisible de las radiaciones gamma y de los neutrones se conoce con el nombre de radiación penetrante, y es la causa directa de la enfermedad por radiación.

El gran peligro de estos mecanismos se produce durante el proceso de fisión del uranio al ser bombardeado por neutrones de plutonio y por otros numerosos isótopos radiactivos que poseen una larga vida media (plutonio: 24 mil años), los que tienen una especial selectividad por depositarse en el hígado, en los pulmones, y en el sistema óseo, por años, produciendo cáncer en estos órganos y trastornos inmunológicos, además de exponer los tejidos circundantes a la radiación. Otros ejemplos son: El estroncio 90 (vida media de 30 años), con gran selectividad para causar lesiones óseas; El yodo 131 (vida media de 8 años), con gran afinidad por la glándula tiroides, causándole cáncer e hipotiroidismo; etc.

La Enfermedad por Radiación Aguda (ERA) se adquiere al recibir distintas dosis de Grays-Gy (100 rads):

• Síntomas débiles: 0.5-1 Gy
• ERA de Primer Grado: 1-2 Gy
• ERA de Segundo Grado: 2-3 Gy
• ERA de Tercer Grado: 3-5 Gy (Casi siempre mortal)
• ERA: Dosis superior a 5 GY (Siempre mortal)

De los 4,863 supervivientes de Hiroshima y Nagasaki que fallecieron de cáncer entre 1950 y 1990, un 9% de ellos se considera que la causa de su muerte fue la radiación recibida durante las explosiones nucleares sobre ambas ciudades; un 51% fue la causa de los que fallecieron de leucemia; y un 7%  de los que fallecieron por otros tipos de cáncer. Estas estadísticas corresponden a la llamada enfermedad por radiación crónica.

Pero además, las nefastas consecuencias de la carrera armamentista nuclear que se inició con ambos genocidios las siguen pagando todos los pobladores de nuestro planeta con la contaminación radiactiva que hemos heredado de 2,052 pruebas nucleares realizadas hasta el momento; falazmente sustituidas en la actualidad por pruebas de laboratorio mediante las cuales no sólo se continúa estimulando la demencial idea de estas armas, sino que a través de ellas se perfeccionan y se hacen más destructivas las ya existentes; se sigue exponiendo constantemente a la humanidad a las posibilidades de accidentes nucleares que podrían llevar a fines idénticos; y el Complejo Militar Industrial continúa desarrollando las armas nucleares a la par que los productos industriales de tiempo de paz, incrementando de manera descomunal su riqueza sin el menor pudor ni remordimiento.

EL ARSENAL NUCLEAR MUNDIAL EN EL 2017.-

País       Armas desplegadas    Armas almacenadas        Desmantelar           Total
                                                                                                   

Rusia                       1796                          4500                           2500                  7000
EEUU                       1367                          4000                           2800                  6800
Francia                      300                                                                                          300
China                         260                                                                                          260
RRUU                        215                                                                                           215
Paquistán                 140                                                                                           140
India                          110                                                                                           110
Israel                           80                                                                                             80
Corea del Norte         10                                                                                              10                                                        

Total                                                               14915                                                                                                             

En la actualidad, solamente las armas nucleares de EEUU y Rusia en extrema alerta del arsenal arriba expuesto, equivalen a 300 veces el poder explosivo del total de las bombas lanzadas durante la Segunda Guerra Mundial; y las armas nucleares desplegadas por esos dos países, equivalen a 700 veces dicho poder. Pero además,

FOCOS PRESENTES EN EL MUNDO ACTUAL PARA QUE SE PRODUZCA UN HOLOCAUSTO NUCLEAR.-

• La irracionalidad del presente sistema gobernante de los EEUU encabezado por su presidente Donald Trump y por el apoyo  de sus aliados, con la constante persistencia de conflictos armados en aras del mantenimiento de su poderío económico y militar.
• La oposición de las potencias nucleares a la eliminación de estas armas, con la demencial contradicción de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está constituido por las potencias nucleares, con derecho al veto de las resoluciones de aquél. Las mismas boicotearon, junto con los países miembros de la OTAN (con la excepción de los Países Bajos), el Tratado Para la Eliminación de las Armas Nucleares aprobado por la gran mayoría de las naciones del mundo el 7 de julio del 2017, y puesto en vigor el 20 de septiembre del mismo año.
• El diferendo en la Península de Corea, en peligro de no materializar los logros de las recientes conversaciones de los presidentes de ambas coreas por la oposición del presidente de EEUU a flexibilizar y resolver las sanciones en contra de Corea del Norte.
• El crónico conflicto entre la India y Paquistán y las posibles  implicaciones del apoyo de China a esta última nación.
• Las crónicas tensiones en el Medio Oriente: Las constantes amenazas y falsas acusaciones de los EEUU y sus aliados a irán sobre su producción de un arma nuclear, e incluso de agredir militarmente a sus instalaciones nucleares. El permanente rol de Israel como gendarme de los EEUU y sus reiterados genocidios contra el pueblo palestino. Las constantes acciones militares del bloque militar occidental a Siria, con acusaciones nunca probadas de poseer y utilizar armas químicas, que culminaron recientemente con un  ataque militar conjunto a este país por parte de EEUU, RRUU y Francia, condenado por la mayoría del mundo.
• Las constantes acciones terroristas globales, que han mostrado su rostro más  criminal con los desalmados eventos perpetrados en los últimos tiempos por el Estado Islámico.
• La presente situación de América Latina con la evidente injerencia de los EEUU en sus asuntos internos, esencialmente la persistencia del bloqueo económico a Cuba, los constantes intentos de desestabilización y amenaza militar a Venezuela, sus acciones económicas en Brasil  y Argentina, y su evidente mano en la difícil situación que está confrontando actualmente Nicaragua. Otro factor de gran gravedad para nuestra América lo constituye la presencia en 16 de nuestros países de más de 50 bases militares norteamericanas.

DOS REFERENCIAS EXTRAORDINARIAS SOBRE EL PELIGRO NUCLEAR.-

Quisiéramos finalizar este trabajo con dos trascendentes referencias acerca del peligro nuclear. El primero del General norteamericano Omar Bradley, uno de los nueve generales de cinco estrellas de las Fuerzas Armadas de los EEUU durante la Segunda Guerra Mundial, quien después de su vasta experiencia militar por años, con una extensa y nada fácil trayectoria en el mundo de la guerra, y ya retirado de la misma, formuló la siguiente extraordinaria declaración al respecto: ‘’Con las monstruosas armas que el hombre ha desarrollado, la humanidad está en peligro de estar atrapada en este mundo por sus carencias morales. Nuestro conocimiento de la ciencia ha dejado claramente rezagada nuestra capacidad para controlarla. Tenemos muchos hombres de ciencia, pero muy pocos hombre de Dios. Nos hemos apropiado del misterio del átomo y rechazado el Sermón de la Montaña. El ser humano está tropezando a ciegas en una oscuridad espiritual mientras juega con los precarios secretos de vida y muerte. El mundo ha acumulado brillantez sin sabiduría, poder sin conciencia. El nuestro es un mundo de gigantes nucleares y de infantes éticos. Sabemos más de la guerra que de la paz, más acerca de matar que lo que sabemos acerca de vivir. Este es nuestro reclamo al siglo XX sobre distinción y progreso’’.

Y el segundo es de nuestro Fidel Castro, en su formidable informe en Naciones Unidas del 12 de octubre de 1979 sobre los resultados de la VI Cumbre de Países No Alineados, con una extraordinaria vigencia actual: ‘’…La explotación de los países pobres por los países ricos debe cesar. Sé que en muchos países pobres hay también explotadores y explotados. Me dirijo a las naciones ricas para que contribuyan. Me dirijo a los países pobres para que distribuyan. Basta ya de palabras. Hacen falta hechos. Basta ya de abstracciones, hacen falta acciones concretas. Basta ya de hablar de un orden económico internacional especulativo que nadie entiende, hay que hablar de un orden real y objetivo que todos comprendan. No he venido aquí como profeta de la revolución, no he venido a pedir o desear que el mundo se convulsione violentamente. Hemos venido a hablar de paz y colaboración entre los pueblos y hemos venido a advertir  que si no resolvemos pacífica y sabiamente las injusticias y desigualdades actuales, el futuro será apocalíptico. El ruido de las armas, del lenguaje amenazante de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se pueden resolver  con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia. No pueden tampoco matar la justa rebeldía de los pueblos, y en el holocausto morirán también los ricos, que son los que más tienen que perder en este mundo. Digamos adiós a las armas y consagrémonos civilizadamente a los problemas más agobiantes  de nuestra era. Esa es la responsabilidad y el deber más sagrado de todos los estadistas del mundo. Esa es, además, la premisa indispensable de la supervivencia humana…’’.

Estamos convencidos que a pesar de los dolores y las grandes dificultades de la humanidad, nuestra especie tiene el deber insoslayable de enfrentarlos con una decisión de titanes, para salvar a nuestro futuro, desterrando de nuestros corazones todo temor o indecisión, recordando el bello mensaje de Rafael Barret a los trabajadores de los yerbazales paraguayos a principios del siglo pasado: ‘’A pesar del dolor y la injusticia, la vida es buena. Debajo del mal está el bien; y si el bien no existe, lo haremos existir, y salvaremos al mundo, aunque no quiera’’.