Cada 21 de septiembre, desde hace ya casi 40 años, se celebra el Día internacional de la Paz. La Organización de las Naciones Unidas instituyó ese día con el objetivo de convidar y motivar a todas las naciones y pueblos del mundo a disfrutar del espíritu de paz y no violencia que genera un cese de hostilidades y alto al fuego al menos una vez en el año en todo el mundo.
La Asociación Cubana de Naciones Unidas, en consecuencia con tal iniciativa, se ha sumado a la realización de acciones de carácter educativo que han ayudado a sensibilizar y concientizar a todos sobre la importancia de alcanzar un mundo sin guerras, ni conflictos, en el que todos tengamos los mismos derechos a alcanzar una vida plena y digna, donde ningún tipo de discriminación lesiva a la dignidad humana sea motivo de práctica y donde la justicia prevalezca por sobre todo. Un mundo donde la paz sea tangible y no parezca utópica, donde la solución de conflictos a través de la vía pacífica sea asumida como única práctica para diluir las diferencias y no como una alternativa lejana.
Estamos conscientes de que la paz es un conglomerado compuesto por múltiples factores y entes. En la actualidad, grandes naciones que debieran ser protagónicas en su actuar, ponen en riesgo la consecución de este objetivo, alejándolo de la realidad y desestimando los esfuerzos de otras por alcanzarlo. La multitud de conflictos existentes en el mundo de hoy nos muestran lo alejado que estamos para el logro de una paz justa verdadera y perdurable. Las guerras imperialistas, los conflictos motivados por intereses mezquinos ponen en peligro la estabilidad y la paz internacionales.
A pesar de lo anterior, la Comunidad Internacional, en sumo acuerdo adoptó en 2015 la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en la que se trabajará hasta 2030 por alcanzar un mundo mejor para todos sin que nadie se quede atrás. El cumplimiento de los 17 objetivos de Desarrollo Sostenible persigue entre otras cosas que las personas vivan liberadas del hambre, la pobreza y la opresión, pudiendo prosperar progresivamente. Sin paz será imposible lograr el deseado desarrollo sostenible de nuestros pueblos.
Ante los peligros que acechan a la paz en nuestra Patria Grande, reafirmamos el compromiso con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, al tiempo que exhortamos a los pueblos del mundo a oponerse al militarismo, a las guerras imperialistas y a trabajar dura e incansablemente por encontrar solución a las diferencias de manera pacífica y no violenta.
La Habana, 21 de septiembre de 2018
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