UNIÓN DE HISTORIADORES DE CUBA CONTRA EL BLOQUEO

Desde hace casi seis décadas, nuestro país sufre los efectos del genocida bloqueo estadounidense. Esta política criminal ha perseguido asfixiar económicamente a la nación, con el objetivo de propiciar la subversión del ordenamiento político derivado del triunfo revolucionario de 1959. El bloqueo busca sumir a los cubanos en la penuria, como castigo por haber emprendido un camino alejado de los dictados imperiales procedentes de Washington. 
En estos decenios, la economía cubana -y con ella todas las esferas de la sociedad insular- ha tenido un valladar para su desarrollo. A las restricciones en el intercambio de bienes y servicios con Estados Unidos, se han sumado los sistemáticos esfuerzos de las administraciones norteamericanas para boicotear los nexos comerciales y financieros de Cuba con terceros países. Resulta una falacia hablar de embargo. Contra la mayor de las Antillas se ha estructurado, en toda la línea, un feroz bloqueo.
Los efectos de esta política se han hecho más agudos después del colapso del Campo Socialista. La desaparición del esquema de integración al que Cuba se había integrado coincidió con el reforzamiento del bloqueo. Las leyes Torricelli y Helms-Burton dan cuenta del esfuerzo de los círculos de poder norteamericanos para doblegar, por hambre y necesidades, al pueblo cubano.
Entre los escenarios más afectados por la política del bloqueo se encuentra el intercambio académico. Las restricciones existentes en esta área han limitado la materialización de vínculos en el terreno científico. En el ámbito específico de la ciencia histórica, son conocidas las prohibiciones que los profesionales del patio y sus homólogos estadounidenses han encontrado para la vertebración de disímiles iniciativas.
Ni siquiera durante los años de la llamada “normalización”,  la dura realidad del bloqueo fue subvertida. Al estar sometida la continuidad de esta política a la decisión del Congreso norteamericano, su permanencia se ha mantenido incólume, ante la presión de los sectores de extrema derecha, aliados a la actual administración, que siguen apostando para acabar con la Revolución, provocando afectaciones a Cuba y a su pueblo.
En unos pocos días, la Asamblea General de la ONU volverá a condenar el bloqueo estadounidense contra nuestro país. En medio de tal coyuntura, la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) alza su voz para reclamar el fin de esta cruel política. Nos sumamos a la demanda de nuestro pueblo y la exigencia de todos los hombres de buena voluntad de este planeta. La Revolución Cubana ha demostrado su firmeza y disposición a proseguir la lucha por la plena justicia más allá de las presiones externas. Apostamos por el fin del bloqueo, mas no nos asusta su injustificada permanencia, pues hemos aprendido a resistir y a vencer.
Más temprano que tarde, el bloqueo será derrotado por la acción conjunta entre nuestro pueblo, los mejores sectores de la ciudadanía norteamericana y la presión internacional.  Junto a ellos estamos y estaremos los historiadores cubanos y la UNHIC, conscientes de la justa causa que defendemos.

Secretariado Nacional de la UNHIC.
6 de octubre de 2018.