Amén de las diferencias políticas de nuestras naciones, nos unen las raíces que sustentan a los pueblos y que hacen profesar un sentimiento común de patriotismo y arraigo en su identidad.
José Martí y Abraham Lincoln, son la impronta que nuestras dos patrias han seguido para cultivar sus valores más puros y genuinos.
Es por ello que celebramos su gestión de limar asperezas en el orden político, pues el vínculo de los dos pueblos, distanciados por las consabidas diferencias, aún se mantiene con la vigencia de antaño, hermanados por las raíces que los sustentan.