La Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) estableció en 1981 el Día Internacional de la Paz para “conmemorar y fortalecer estos ideales en cada nación y cada pueblo”. La comunidad internacional consciente de la necesaria unidad y esfuerzo requerido para alcanzar un mundo mejor, en septiembre de 2015 decidió asentir por una vida mejor y adoptó la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Una nueva hoja de ruta que desde entonces guía los pasos de todos los países en pos de la prosperidad, el desarrollo y la paz en armonía con el medio ambiente hasta 2030. Este año y con toda intensión, la campaña por la paz de la ONU ha puesto en mira el ODS No 13 “Acción por el Clima”. Pues no es posible alcanzar la paz si los desastres ocasionados por el maltrato y descuido del hombre hacia nuestro planeta Tierra persisten. Si bien el cambio climático ocasiona amenazas claras para la paz y la seguridad internacionales, no es el único mal que nos amenaza. La existencia de inmensos y destructivos arsenales nucleares, el resurgir del neoliberalismo y la llegada al poder de gobernantes xenófobos y racistas hacen peligrar la paz en todo el mundo y especialmente en Nuestra América. Hoy vemos seriamente amenazados los postulados de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. Ello encuentra su punto álgido en la actitud egoísta y prepotente de algunos gobernantes que inmiscuyéndose en los asuntos internos de otros estados y transgrediendo las más elementales normas del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, promueven el derrocamiento de gobiernos democráticamente electos, invasiones y golpes de estado, ocasionando inestabilidad política y económica y el quebrantamiento de la paz regional. Igual o peor efecto provoca la imposición de medidas coercitivas unilaterales que algunas naciones, en abuso de su poderío económico y militar, les imponen a otros pueblos para hacer valer intereses imperiales de dominación. Denunciamos que el bloqueo económico comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América al pueblo de Cuba hace ya más de 60 años, como amenaza a la paz y violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de los cubanos y por ende el mayor obstáculo para alcanzarlos objetivos de desarrollo sostenible. Creemos fervientemente que un mundo de paz es posible, solo basta unirnos y luchar por él. La Habana, 21 de septiembre de 2019 “Año 61 de la Revolución”