Mensaje de felicitación de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU) al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en su Cumpleaños Noventa

Querido Comandante:

En ocasión de su Cumpleaños Noventa la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU)le expresa sufelicitación y profundo agradecimiento por su inconmensurable contribución a la aspiración histórica de nuestro pueblo de gozarde una patria libre y soberana, presidida por el profundo anhelo de José Martí, al fin logrado con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, que “la ley primera de nuestra República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.

Al evocar su liderazgo y enseñanzas nos enorgullece también su legado a las Naciones Unidas. Sus históricos y ovacionados discursos en este ámbito mostraronal mundo, la integridad de su pensamiento, su alto sentido de la justicia, de dignidad, firmeza, valentía y su iluminada visión sobre el futuro, que,al decir del  poeta Alberti,es usted “la esperanzada luz de un futuro más solidario y más justo”.

Desde su primer memorable discurso en la Asamblea General de la ONU, el 26 de septiembre de 1960,  formuló denuncias y preguntas que aún mantienen plena vigencia, que están aún por solucionary responder para poner el fin al injusto orden mundial imperante. Con gran clarividenciapronuncióen esa oportunidad: ¡Desaparezca la filosofía del despojo, y habrá desaparecido la filosofía de la guerra!  ¡Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso!”

Al regresar a las Naciones Unidas en 1979, esta vez no sólo como nuestro Líder, sino además como Líder del Movimiento de Países No Alineados, usted no sólo habló de los derechos humanos sino también de los derechos de la Humanidad.Nos estremecemos aún por una frase inolvidable de su discurso, que manifestó el clamor de los pueblos, al expresar: “Hablo en nombre de los niños que en el mundo no tienen un pedazo de pan. Hablo en nombre de los enfermos que no tienen medicinas, hablo en nombre de aquellos a los que se les ha negado el derecho a la vida y a la dignidad humana”.

Siempre hemos recordado con emoción su brillante e histórica participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, el 12 de junio de 1992, en Río de Janeiro,donde sentenció: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre” y alentaba además a tomar acciones para que “Desaparezca el hambre y no el hombre”.Asimismo, en la Conferencia Mundial sobre Desarrollo Social en Copenhague, el 12 de marzo de 1995, pidió a los estadistas allí reunidos, lo que nuestro país ha mantenido como premisa esencial para nuestro desarrollo y en sus relaciones con todos los pueblos: Repártanse mejor las riquezas del mundo entre todas las naciones y dentro de las naciones; establézcase una verdadera solidaridad entre los pueblos, y solo entonces nuestros sueños de hoy podrían ser realidades de mañana”.

En la Asamblea Generalde las Naciones Unidas,con motivo de la celebración delAniversario Cincuenta de la ONU, en octubre de 1995, fueron nuevamente ovacionados sus permanentes reclamospor la paz mundial, por la existencia de las armas de exterminio en masa, por la  eliminación del uso de la fuerza, de la prepotencia, de las presiones en las relaciones internacionales e insistió en el imperativo de reforma de las Naciones Unidas para realizar aportes verdaderos a un nuevo orden mundial “sin crueles bloqueos que matan a hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, como bombas atómicas silenciosas”.

Otra de sus memorables intervenciones,estudiadas recientemente,fue pronunciada en noviembre de 1996, en Roma, en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación,que ha mantenidohasta la actualidad suextraordinario valor para enfrentar los graves problemas globales, donde usted certeramente acotó:Las campanas que doblan hoy por los que mueren de hambre cada día, doblarán mañana por la humanidad entera si no quiso, no supo o no pudo ser suficientemente sabia para salvarse a sí misma”.

Sus reflexiones en septiembre del año 2000, en la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas, nos señalaron el camino y el verdadero sentido de ser de esta organización:“¡Nuestra convicción es que la lucha por lo imposible debe ser el lema de esta institución que hoy nos reúne!” y vaticinó una vez más:“la humanidad debe tomar conciencia de lo que hemos sido y de lo que no podemos seguir siendo”.

Nuestro pueblo, los hombres y mujeres de buena voluntad en todos los confines de nuestro planeta le están y estarán eternamente agradecidos por su sabiduría, sus permanentes alertas y acciones, por su valiente denuncia de los males y egoísmos del sistema imperante. Con sano orgullo expresamos que no reconocemos a ningún otro estadista o líder, que haya abogado más, porque reine la verdad y se forje una conciencia colectiva para lograr la reparación histórica de los daños ocasionados por el colonialismo,el hegemonismo y todas las formas de explotación de los seres humanos.

Con esta permanente fuente de inspiración y el ejemplo de su fecunda vida,le ratificamos nuestra admiración, respeto y cariño. La ACNU mantendrá su invariable  defensa denuestra soberaníay autodeterminación, de las aspiraciones de paz y justicia social, en el ejercicio permanente de la solidaridad con las causas justas de los pueblos. Como fieles seguidores de la política exterior de la Revolución Cubana, le transmitimos nuestra más profunda gratitud, por ser capaz de inculcar en cada uno de nosotros una fuente inagotable de amor y solidaridad hacia la humanidad. ¡Qué ese amor infinito, martiano y bolivariano, que tanto ha nutrido usted con su pensamiento continúe por siempre y para siempre en acción libertaria de todos los pueblos!

¡Feliz Cumpleaños Noventa!