A pesar del bloqueo Cuba ha hecho denodados esfuerzos en la lucha contra el cambio climático

Intervención del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, en el evento “Reencuentro con la Madre Tierra”.

Estimados Jefes de Estado y de Gobierno, jefes de delegaciones que nos acompañan:

Conmemoramos el Día Internacional de la Madre Tierra en medio de una compleja crisis internacional. La pandemia de la COVID-19 ha exacerbado las desigualdades, la pobreza extrema, la exclusión, la discriminación y el hambre, en un mundo ya dañado por un orden internacional injusto y antidemocrático, que privilegia al gran capital, en detrimento del ser humano y la naturaleza.

Este complejo escenario aleja aún más la esperanza de los países del Sur de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y transforma en quimera las aspiraciones de las generaciones presentes y futuras.

Saludamos la convocatoria a este evento, que nos permite abordar esta temática decisiva con enfoque propio, desde el Sur.

Estimadas compañeras y compañeros:

Trabajemos de conjunto para lograr el pleno cumplimiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Acuerdo de París, aun cuando conocemos sus limitaciones.

Es urgente fortalecer la ambición climática en términos de mitigación, adaptación y provisión de medios de implementación para alcanzar la meta de limitar el aumento de la temperatura media global a 1.5 °C.

Los países industrializados tienen el deber de asumir compromisos en materia de acción climática, a partir de su responsabilidad histórica en el daño a la Madre Tierra y por siglos de colonialismo y saqueo de nuestros recursos naturales.

Resulta imperativo hacer valer el respeto al principio de las responsabilidades comunes, pero diferenciadas, y al derecho de nuestros pueblos al desarrollo y al disfrute de un ambiente sano.

Las naciones desarrolladas deben honrar sus compromisos internacionales respecto a la transferencia de tecnología, la Ayuda Oficial al Desarrollo, y la financiación climática. El aporte de 100 mil millones de dólares anuales para proyectos de mitigación y adaptación en los países en desarrollo, sería un importante paso en este objetivo.

Estimados compañeros:

La región de América Latina y el Caribe, a pesar de ser responsable solo del 8,3% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta, fue golpeada, entre 1970 y 2019, por aproximadamente 2 300 desastres naturales, los que provocaron 500 mil muertes, y pérdidas superiores a 437 mil millones de dólares en daños, según cifras aportadas por el Centro de Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres.

En este contexto, Cuba y otras naciones del Caribe y Centroamérica han resultado particularmente afectadas por fenómenos hidrometeorológicos severos, los cuales han aumentado su frecuencia e intensidad en la última década.

Esta compleja situación se ve agravada, en nuestro caso, por la permanencia y recrudecimiento oportunista durante la pandemia de Covid 19, del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los EE.UU. contra Cuba desde hace casi 60 años, que constituye el principal obstáculo para acceder a financiamientos externos y tecnologías avanzadas en materia climática, y para lograr el desarrollo sostenible.

A pesar del bloqueo, Cuba ha hecho denodados esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.

Nuestra Constitución consagra explícitamente la necesidad de proteger y conservar el medio ambiente.

Desde 2017, Cuba cuenta con un “Plan de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático”, que responde a nuestras metas nacionales y compromisos internacionales. Nos proponemos alcanzar para el 2030 una matriz energética con un 24% de la generación eléctrica a partir de fuentes renovables de energía; reducir al 50% el empleo de los combustibles fósiles en vehículos terrestres y aumentar la cobertura boscosa hasta un 33%.

Queridas hermanas y hermanos:

La unidad e integración política, económica, social y cultural de los pueblos de América Latina y el Caribe, constituye una necesidad perentoria para enfrentar con éxito los desafíos que se nos presentan, sobre todo ahora, que el individualismo, el egoísmo, el derroche, el monroísmo y el macartismo se propagan en nuestra región.

Me permito finalizar recordando las proféticas palabras del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, cuando en la histórica Cumbre de la Tierra en 1992 sentenció:

“Si se quiere salvar a la humanidad de la autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta (...). Aplíquese un orden económico internacional justo. (…) Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo”.

Muchas gracias.