Carta abierta de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas
La COVID-19 y la Agenda 2030
La pandemia de coronavirus ha desatado una crisis mundial sin precedentes. Los impactos ocasionados por la COVID-19 se evidencian en todos los sectores de la vida, exponiendo con mayor crudeza los niveles de desigualdad generados por el sistema capitalista imperante.
Todos han sido afectados de una manera u otra por este terrible suceso, pero son las poblaciones más vulnerables quienes mayores consecuencias han tenido.
Con sistemas de salud fragmentados, débiles estructuras de protección social y profundas desigualdades; Latinoamérica y el Caribe ha sido la región más impactada hasta la fecha. Poco antes de la llegada del coronavirus la situación ya era compleja. El creciente descontento popular marcaba un notable deterioro de sus principales indicadores sociales, al tiempo que resaltaba la crisis sistémica en la que se encuentra el neoliberalismo como modelo de desarrollo desigual e injusto.
Crisis cambiarias y de deuda recurrentes, bajo crecimiento, aumento de la deuda externa, altos niveles de informalidad y de pobreza, vulnerabilidad ante el cambio climático y desastres naturales, pérdida de biodiversidad, tasas extremadamente altas de homicidios y de violencia de género, incluido el feminicidio y la corrupción, son algunos de los retos más significativos a enfrentar por la región de cara a la etapa post-pandemia.
En América Latina y el Caribe, reconstruir mejor implica reconstruir con igualdad. En consecuencia, la nueva etapa no debe perder de vista la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); la cual constituye la batalla global por alcanzar un mundo mejor para todos. Sin embargo, a cinco años de su firma y en pleno auge de su implementación, los países del mundo, han sido sorprendidos por la COVID-19. Lo que ha obligado a muchos gobiernos a redirigir sus esfuerzos a contener y recuperarse de la pandemia, restándole atención al cumplimiento de la misma. Esto ha generado no pocas preocupaciones, particularmente en aquellos que pensamos que lo necesario no puede ser borrado por lo inminente.
Ahora, el mundo avanza hacia una “nueva normalidad” y en este largo proceso, nuestra organización, a pesar de los efectos generados por la crisis sanitaria y el recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos hacia Cuba, reafirma su total compromiso con el cumplimiento de la Agenda 2030 y el desarrollo sostenible con un enfoque renovado.
La Agenda 2030 en el mundo post COVID-19 nos exige más solidaridad, más cooperación, e integración internacional, así como la revitalización del multilateralismo. Ahora, más que nunca se hace clara la necesidad impostergable de consolidar la cooperación multilateral y desarrollar estrategias que nos ayuden a contrarrestar los efectos negativos de la pandemia de una manera equilibrada y sin dejar a un lado los compromisos asumidos. A fin de cuentas, todo lo recogido allí nos dejará en mejores condiciones para enfrentar esta y otras crisis similares a futuro.
Es por ello que celebramos, muy a pesar de la difícil situación en la que se encuentra el mundo actual, la realización de manera virtual del Foro Político de Alto Nivel. No podemos negarle la importancia que tiene como principal mecanismo multilateral en el seguimiento e implementación de la Agenda 2030, como tampoco se debe olvidar el papel que desempeña la sociedad civil como actor fundamental y necesario para alcanzar el desarrollo sostenible.
La humanidad atraviesa uno de sus momentos más difíciles desde la II Guerra Mundial. Aun así quedan esperanzas. Por lo que no podemos permitirnos retroceder en lo avanzado hasta la fecha con respecto a la Agenda 2030. Los ODS deben seguir siendo el marco de referencia de la comunidad internacional, los gobiernos nacionales y la sociedad civil en general para lograr el desarrollo sostenible y validar el compromiso de alcanzar un mundo mejor, sin dejar a nadie atrás.
La Habana, 20 de julio de 2020