La ciudad suiza de Ginebra, donde tantas veces Cuba se ha visto obligada a desenmascarar la hipocresía de la política exterior yanqui, acaba de servir de magnífico escenario para el reconocimiento universal del sistema de salud y la obra solidaria de la Revolución Cubana.
Y fue durante la 67 Asamblea Mundial de la Salud, que el pasado fin de semana concluyó sus labores con la presencia de más de tres mil delegados de los 194 países que integran la Organización Mundial de la Salud.